lunes, 2 de noviembre de 2020

Consejos para dormir más y mejor

Dormir bien


Si bien el descanso es uno de los beneficios más contundentes de dormir, lo cierto, es que existen muchos otros factores positivos de por medio, de los cuales hacen parte la salud mental y la calidad de las habilidades cognitivas. ¿Qué hacer entonces cuando no se logra conciliar el sueño? Y mejor aún, ¿realmente es tan necesario dormir? Estas y otras inquietudes asociadas, serán resueltas a continuación.

Puesto que, el no tener acceso a un sueño reparador durante la noche, ocasiona una baja de energía durante el día, desconcentración, fatiga, mal humor y ansiedad, desde el principio ya se intuye, que las consecuencias de la falta de sueño no deben ser tomadas a la ligera.

En vista, de lo mucho que puede llegar a deteriorarse la calidad de vida ante la imposibilidad de dormir bien, no queda más que empezar por ocuparse de la revisión de las rutinas y hábitos del sueño para encontrar dónde es exactamente, que se encuentra la dificultad.

¿Qué es el sueño?

Si se trata de proporcionar una definición concreta, el sueño es una necesidad biológica, que se sirve de distintas fases para que tenga lugar, el restablecimiento de las funciones físicas y psicológicas requeridas para el rendimiento de una persona.

Durante el sueño, la actividad cerebral sigue haciendo presencia, asimismo, ocurren modificaciones en la temperatura corporal, respiración, presión arterial y frecuencia cardiaca.

Dado que existe una relación directa entre la calidad del sueño y la salud, es que ha ganado una notoria relevancia, hablar de trucos y recomendaciones para lograr dormir bien.

¿Por qué es tan importante dormir?

El estado de calma y de reposo que acompaña las horas de sueño, es un aspecto sumamente trascendente para la supervivencia humana, pues es lo que, a fin de cuentas, garantiza el alcance de ese preciado equilibrio para un funcionamiento óptimo.

Dormir bien


A partir de diversos estudios y pruebas, se ha establecido que la privación del sueño es sinónimo de deterioro físico y mental, de ahí que los reflejos disminuyan, se eleven las posibilidades de caer en un estado depresivo y de ya no conseguir resolver problemas de la vida cotidiana, con la misma efectividad que antes.

Asimismo, se ha comprobado, que no dormir bien ni lo suficiente, es un factor desencadenante de enfermedades cardiovasculares, hormonales y psiquiátricas entre otras.

Horas de sueño según la edad

Ante lo recurrente que resulta la inquietud sobre cuántas horas se debe dormir, se ha establecido que la edad es un buen indicador para formular la respuesta, ya que, en función de ella, el organismo expresa un conjunto de necesidades específicas.

  • Entre 0 y 3 meses: se estiman entre 14 y 17 horas.
  • Bebés entre 4 y 11 meses: entre 12 y 15 horas.
  • Niños entre 1 y 2 años: entre 11 y 14 horas.
  • Niños entre 3 y 5 años: entre 10 y 13 horas.
  • Entre 6 y 13 años: entre 9 y 11 horas.
  • Entre 14 y 17 años: un promedio de 10 horas.
  • Adultos entre 18 y 25 años: entre 7 y 9 horas.
  • Entre los 26 y los 64 años: entre 7 y 9 horas.
  • Mayores de 65 años: entre 7 y 8 horas.

¿Qué es dormir bien?

Es propio aclarar, que dormir bien, significa dormir de manera ininterrumpida durante el tiempo recomendado según la edad, lo que aleja por completo, la posibilidad de padecer insomnio, o de algún otro trastorno del sueño.

Dormir bien


Aquel que pasa horas dando vueltas en la cama, que recibe una gran cantidad de estímulos de luz y sonido y que hace uso de dispositivos electrónicos hasta altas horas, definitivamente, no duerme bien.

Hábitos para un sueño saludable

A la alternativa de comprar productos Herbalife para ayudarse no solo a conciliar el sueño, sino también a gozar de un descanso reparador, es oportuno adicionar los siguientes hábitos:

  • Establecer una rutina: es clave, determinar un horario tanto para acostarse como para levantarse que incluya los fines de semana, de esa manera, el cuerpo se habituará y aprenderá identificar por sí mismo, cuando es el momento de descansar o de retomar actividad.
  • La cama es solamente para dormir: para crear una asociación directa entre la cama y el momento de dormir, es preciso que ésta sea usada exclusivamente para dicho fin. Por lo que, si en principio no se logra conciliar el sueño, lo mejor es levantarse y realizar otra actividad antes de volver a intentarlo.
  • Planear la última comida del día: para que el sistema digestivo no deba realizar un gran esfuerzo durante la noche y, por ende, se altere la calidad del sueño, se aconseja, realizar una cena ligera y esperar como mínimo dos horas luego de comer para acostarse.
  • Controlar las condiciones del entorno: entre menos cantidad de iluminación y sonido exista, será mucho mejor. Por otra parte, es requisito estar al pendiente de la calidad del colchón y almohadas ya que todo influye.
  • Una actividad relajante previa: en lugar de pasar los últimos minutos del día, revisando redes sociales, lo más sano, consiste en algo tan simple y placentero, como tomar un baño caliente para relajarse y leer un poco.

El poder de la mente

A la hora de dormir, la mente y más precisamente los pensamientos, pueden ser aliados o enemigos. Lo que en otras palabras quiere decir, que, si se opta por intentar dar solución a esos inconvenientes que tanto preocupan, será mucho más complejo dormir.

Para remediar lo anterior, un buen truco, es acudir a algún ejercicio de meditación o quizás a la repetición de un mantra para relajarse, pues al combinar ritmo, respiración y sonido, el equilibrio poco a poco va haciendo entrada.

Para aquietar la mente, también sirve acudir a la relajación muscular progresiva.

Acciones sencillas para vencer el insomnio

Si además de la dificultad para conciliar el sueño, la persona se despierta una y otra vez durante la noche y en la mañana se siente sumamente cansada e irritable, existen altas probabilidades de que se encuentre experimentando un cuadro de insomnio, el cual, si bien requiere de una guía médica, su tratamiento puede acompañarse con algunos ajustes en el estilo de vida.

  • Actividad física durante el día: el ejercicio es un buen método para liberar el estrés y las preocupaciones, los cuales resultan ser grandes obstáculos para dormir bien. Lo importante será establecer un horario adecuado para llevarlo a cabo, pues si se lleva a cabo muy cerca de la hora de dormir, el efecto puede ser negativo pues el cuerpo no dispondrá del tiempo requerido para relajarse.
  • No a la cafeína y a las bebidas estimulantes: todos estos productos tienen la particularidad de mantener a la persona alerta, debido a que se contraponen a los ciclos del sueño por su acción excitante.
  • Sí a las infusiones: en lugar de medicamentos, las infusiones pueden convertirse en recursos idóneos para dormir, un buen ejemplo de ello, son las infusiones de tila, manzanilla y valeriana. Por su efecto tranquilizador, la amapola de california es otra buena opción, mientras que la pasiflora aporta un positivo efecto sedante.
  • Siestas sí, pero breves. Aunque lo mejor sería evitarlas, en caso de que no sea posible por tener días muy pesados, éstas no deben superar los 20 minutos, pues de hacerlo, se estaría interfiriendo con el descanso nocturno.

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